Paro Nacional 2021 en Colombia: el malestar social en tiempos de pandemiaChristian Uribe Mendoza

Paro Nacional 2021 en Colombia: el malestar social en tiempos de pandemia

Un nuevo estallido social en Colombia ha hecho aun más evidente el distanciamiento entre el gobierno del presidente Iván Duque y la ciudadanía. El pasado 28 de abril, diferentes organizaciones sociales, sindicatos y centrales obreras convocaron una jornada de Paro Nacional en contra de la reforma tributaria que se tramitaba en el Congreso de la República.[1] Pese a los múltiples intentos de las autoridades por impedir la movilización social bajo el argumento de que estas aglomeraciones pondrían en riesgo la capacidad del sistema hospitalario para atender el tercer y más fuerte pico de contagios de la pandemia por COVID-19; el Comité Nacional del Paro mantuvo la convocatoria, preservando algunos protocolos de bioseguridad. De esta manera, la ciudadanía salió a las calles de forma masiva para sumarse a las manifestaciones en más de 500 municipios y ciudades del país.[2]

Las arengas y pancartas que acompañan las movilizaciones reflejan que el hartazgo, el descontento popular y la insatisfacción de los colombianos y colombianas frente a la gestión del gobierno nacional es mayor que el temor al contagio. Por ello, ninguna medida de confinamiento logró evitar la protesta social. Tampoco pudo hacerlo una polémica orden judicial del Tribunal Administrativo de Cundinamarca para que las autoridades locales suspendieran los permisos a los organizadores del Paro Nacional hasta alcanzar la inmunidad de rebaño en el país con la vacunación contra el COVID-19. Reconocidos juristas sostienen que dicho fallo no tiene fundamento jurídico ni constitucional pues el derecho a la protesta no puede prohibirse con una decisión judicial arbitraria.[3] Lo mismo opinan los organizadores, cuyas mensajes rezaban: “El gobierno sólo se preocupa de las aglomeraciones cuando hay marchas. Hay que recordarle que no somos su rebaño, vamos al #ParoNacional28A.”

Aunque el presidente Duque retiró su proyecto de reforma tributaria ante la presión ciudadana, hoy se completan 10 días consecutivos de protestas y el Paro Nacional continúa. Para muchos analistas, se trata de una movilización sin precedentes en la historia reciente del país, no sólo por la magnitud y prolongación de las protestas sociales, sino también por la respuesta desmedida de la fuerza pública, que hasta el momento ha cobrado la vida de 37 víctimas de violencia homicida por parte de la policía, 222 víctimas de violencia física, 10 víctimas de violencia sexual y 831 detenciones arbitrarias en contra de los manifestantes,[4] en su mayoría jóvenes. ¿Cómo se explica la magnitud y prolongación del estallido social que atraviesa Colombia en medio del peor pico de contagios de la pandemia por COVID-19?

 

Antecedentes: el Paro Nacional del #21N

Esta no es la primera vez que la ciudadanía expresa su descontento frente a la gestión del presidente Duque. Entre el 21 de noviembre de 2019 y el 21 de febrero de 2020, diferentes organizaciones sociales convocaron a un paro en contra de las políticas sociales, económicas y ambientales del gobierno nacional, lo que llamaron: “el paquetazo de Duque”. El pliego de peticiones incluía: el retiro de los proyectos de reforma (laboral, pensional y tributaria), la implementación del Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla de las FARC, la protección a líderes sociales y el cumplimiento de los acuerdos firmados previamente con estudiantes universitarios, entre otras. Sorprendentemente, la convocatoria, que se difundió a través de Twitter con el hashtag #21N, despertó el interés y la solidaridad de sectores sociales que no suelen participar en manifestaciones públicas,[5] pero que esta vez acompañaron las marchas, plantones, cacerolazos y demás actividades dentro y fuera del país.[6]

Tras múltiples jornadas de movilización, el gobierno convocó a una “Gran Conversación Nacional” para escuchar el pliego de peticiones del Comité Nacional del Paro, pero tal iniciativa no arrojó ningún resultado tangible y las protestas se disolvieron por completo debido a la emergencia sanitaria del COVID-19. A pesar de ello, el Paro Nacional del #21N dejó grandes aprendizajes respecto a la dinámica de la acción colectiva contenciosa en Colombia. Por ejemplo, las organizaciones aprendieron a convocar y movilizar a nuevos sectores sociales, renovando el lenguaje y los canales de comunicación de sus demandas y reivindicaciones. También aprendieron nuevos repertorios de protesta que incluyen actividades creativas, artísticas y culturales de diversa índole.[7]

 

Pobreza y desigualdad social en tiempos de pandemia

La pandemia del COVID-19 obligó a suspender -al menos temporalmente- las jornadas de movilización, pero atizó otras tensiones sociales que permanecían latentes. Las estrictas medidas de confinamiento para mitigar los efectos del contagio desencadenaron una nueva oleada de protestas físicas y simbólicas por parte de trabajadores informales. Se estima que el 42,4% de los colombianos dependen de su trabajo diario por lo que sus únicos ingresos se verían mermados a raíz de las medidas sanitarias. Muchos hogares vulnerables pusieron trapos rojos en sus ventanas como símbolo de protesta contra el hambre y la pobreza.[8] En algunas zonas del país también se registraron disturbios y saqueos que fueron reprimidos por el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional (ESMAD).

El gobierno nacional intentó pailar la crisis social con créditos blandos, suspensión de pagos, subsidios y apoyos económicos como el Programa Ingreso Solidario.[9] Aun así, la pandemia tuvo un fuerte impacto sobre la economía del país, agudizando el problema estructural de la pobreza y la desigualdad social en Colombia. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la pobreza monetaria aumentó de 35,7% en 2019 a 42,5% en 2020, lo que significa que 21 millones de colombianos viven actualmente en condición de pobreza, un incremento de 3,5 millones respecto al año anterior. Además, 15 millones de colombianos se encuentran en condición de vulnerabilidad y la clase media se redujo de 14,7 millones en 2019 a 12,5 millones en 2020. Finalmente, la tasa de desempleo ascendió a 12,6% en marzo de 2020. 

 

Más allá de la reforma tributaria: los motivos de la movilización

En medio de este difícil panorama, el gobierno de Iván Duque presentó al Congreso de la República un proyecto de reforma tributaria que buscaba recaudar más de 23 billones de pesos colombianos (aproximadamente 6.000 millones de dólares) para subsanar el déficit fiscal que dejó la pandemia. Según expertos, esta reforma perjudicaría principalmente a las clases medias y pobres en cuanto que pretendía crear nuevos impuestos a los combustibles y a los servicios públicos, cobrar el Impuesto del Valor Agregado (IVA) que llega al 19% a productos de primera necesidad, servicios funerarios e insumos agrícolas, entre otros; mientras que mantenía las exenciones tributarias que la reforma del 2019 concedió a las grandes empresas privadas por más de 9 billones de pesos.[10]

El trámite de la reforma tributaria generó una nueva estructura de oportunidad para la acción colectiva de los movimientos sociales en Colombia, pero la indignación y el descontento ciudadano van más allá de este asunto. Las exigencias plasmadas en las arengas y pancartas que acompañan las movilizaciones son múltiples y variopintas, pero el Comité Nacional del Paro las ha resumido en 6 puntos:[11]

  1. Retiro del proyecto de ley 010 de salud y fortalecimiento de una masiva vacunación.
  2. Renta básica de por lo menos un salario mínimo legal mensual.
  3. Defensa de la producción nacional (agropecuaria, industrial, artesanal, campesina).
  4. Matrícula cero y no a la alternancia educativa.
  5. No discriminación de género, diversidad sexual y étnica y
  6. No privatizaciones y derogatoria del decreto 1174/2020.

 

“#NosEstánMatando”: el clamor de los jóvenes frente a la represión policial

Sin lugar a duda, los jóvenes han sido los principales protagonistas de estas jornadas de movilización social. Miles de estudiantes de universidades públicas y privadas, NINIs, artistas, miembros de la comunidad LGBTI, ambientalistas, entre otros, salieron a las calles para sentar su voz de protesta por la mala gestión del gobierno. Tienen motivos de sobra para protestar: ellas y ellos son precisamente quienes se han llevado la peor parte de la crisis social y económica que atraviesa el país. Algunos de estos jóvenes no estudian ni trabajan por falta de oportunidades; sólo el 28,5% de los hombres y el 38,9% de mujeres entre 18 a 26 años cuentan con un título universitario; y el 29,7% se encuentran desempleados.[12]

También los jóvenes han sido las principales víctimas de la represión estatal, tal como lo demuestran los informes de derechos humanos. A pesar de que la mayoría de las manifestaciones se han desarrollado de manera pacífica, en algunos lugares se han registrado actos de violencia a raíz de la intervención del ESMAD. La represión estatal ha sido promovida por el presidente Duque y su partido de gobierno, quien calificó las manifestaciones como “terrorismo urbano de baja intensidad” y desplegó a los militares para contener los actos de violencia durante el Paro Nacional.[13] El resultado de estas intervenciones policiales ha sido aterrador. La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, entre otros organismos internacionales, han documentado el uso excesivo de la fuerza pública, que golpea y acciona sus armas de fuego contra los manifestantes; razón por la cual, en Twitter se ha viralizado el hashtag #NosEstánMatando.

El presidente Duque ha utilizado las fuerzas armadas para coartar el legítimo derecho de los colombianos y colombianas a la protesta y la libertad de expresión; sin embargo, la represión estatal, lejos de disolver la movilización ciudadana, ha incrementado la indignación y el descontento popular. Su arrogancia, autoritarismo e incapacidad para resolver de manera dialogada los problemas del país puede pasarle factura el partido de gobierno en las próximas elecciones legislativas y presidenciales del 2022. Mientras tanto, es probable que los jóvenes y la ciudadanía en general siga en movimiento, anhelando una sociedad más justa, pacífica, incluyente y democrática.

[1] Comunicaciones CUT (16 de abril de 2021). Once razones del Comando Nacional Unitario para exigir el hundimiento de la reforma tributaria. Disponible en https://cut.org.co/once-razones-del-comando-nacional-unitario-para-exigir-el-hundimiento-de-la-reforma-tributaria/

[2] Revista Semana (28 de abril de 2021). Comité Nacional del Paro convoca a nuevas jornadas de movilización masiva el jueves 29 de abril y el 19 de mayo. Disponible en https://www.semana.com/nacion/articulo/comite-nacional-del-paro-convoco-a-nuevas-jornadas-de-movilizacion-masiva-el-jueves-29-de-abril-y-el-19-de-mayo/202155/

[3] El Espectador. (28 de abril de 2021). “Sacado del sombrero” y “totalmente arbitrario”: análisis del fallo que ordenó frenar el Paro Nacional. Disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/bogota/sacado-del-sombrero-y-arbitrario-analisis-del-fallo-que-ordeno-frenar-el-paro-nacional/

[4] Temblores ONG. (5 de mayo de 2021). Seguimos registrando con muchísima preocupación el incremento de la violencia por parte de la fuerza pública en el marco de las movilizaciones sociales en Colombia. [Twitter]. https://twitter.com/TembloresOng/status/1390051178491355137?s=20

[5] El paro nacional no sólo contó con la presencia de las organizaciones sindicales, obreras y estudiantiles que usualmente se movilizan, sino también con niños, jóvenes y adultos de diferentes estratos sociales, estudiantes y profesores de universidades privadas, artistas, líderes de opinión, figuras públicas y del espectáculo, etc.

[6] Uribe Mendoza, Cristhian. (1 de enero de 2020). “Y sin embargo… se movió”, Revista Voz y Voto, núm. 323, pp. 12-16.

[7] Sobre estas protestas, ver “Movilización social en Colombia: gana la protesta”, de Mónica Velasco, https://movin.laoms.org/2020/10/20/movilizacion-social-colombia-gana-la-protesta/

[8] BBC (20 de abril de 2020). Por qué tantos colombianos han colgado trapos rojos en sus casas en medio de la cuarentena por la pandemia. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52349231

[9] El Programa Ingreso Solidario es un apoyo económico del Gobierno Nacional a hogares en condición de pobreza, pobreza extrema y en condición de vulnerabilidad económica, cuyo fin es mitigar en esa población los impactos derivados de la emergencia causada por el COVID-19.

[10] Duzán, María Jimena. (5 de mayo de 2021). “Colombia: cuando se gobierna desde una torre de marfil”, The Washington Post. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2021/05/05/reforma-tributaria-colombia-paro-nacional-2021-ivan-duque/

[11] Comité Nacional de Paro. (3 de mayo de 2021). Anuncio de retiro de la reforma tributaria, un triunfo que NO desactiva el Paro ni la movilización Nacional. Disponible en: https://cut.org.co/anuncio-de-retiro-de-la-reforma-tributaria-un-triunfo-que-no-desactiva-el-paro-ni-la-movilizacion-nacional/

[12] DANE. Juventud en Colombia: ¿quiénes son, qué hacen y cómo se sienten en el contexto actual? Disponible en: https://www.dane.gov.co/index.php/actualidad-dane/5255-juventud-en-colombia-quienes-son-que-hacen-y-como-se-sienten-en-el-contexto-actual

[13] El País. (04 de mayo de 2021). La violencia policial se descontrola en Colombia. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2021-05-04/la-violencia-policial-se-descontrola-en-colombia.html?rel=mas

Christian Uribe Mendoza

Sociólogo. Candidato a Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigador del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina (IIJ-UNAM/OEA) y del grupo de investigación “Conflictos sociales, género y territorio” de la Universidad Santo Tomás, Colombia.Twitter: @CUribeMendoza

1 comentario

  1. Pingback: Del estallido social a la segunda vuelta presidencial - Movimientos e Instituciones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *