Ayotzinapa. Un movimiento digno, persistente e indómito, de Carlos Alonso Reynoso, entraña un inconmensurable esfuerzo por entender, explicar y narrar, de una manera meticulosa, lo ocurrido con la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ocurrida el 26 de septiembre de 2014, cuando más de 80 de ellos salieron de Tixtla para recaudar fondos y asistir a la marcha conmemorativa del 2 de octubre de 1968 en la Ciudad de México. Al llegar a Iguala, esos normalistas –la mayoría de primer ingreso– fueron interceptados y atacados por cuerpos policiacos de los tres órdenes de gobierno que, en colusión con organizaciones criminales, dejaron un saldo de 17 heridos; seis muertos y 43 normalistas desaparecidos. Esa noche marcó el inicio de una herida abierta y el nacimiento de un movimiento de grandes dimensiones que configuró una lucha en beneficio de la verdad y la justicia para el país. Continuar leyendo…
En Game of Thrones (GOT), obra audiovisual considerada maestra incluso mientras aún no se terminaba de producir —no hablaremos de su desafortunado final, el cual está por verse—, hay diversos personajes que hablan sobre pagar el precio del acero, es decir, usar la espada templada de hierro, atravesando el cuello y desmembrando la cabeza.
Esta serie, intitulada como el primero de los libros de la saga Canción de hielo y fuego del genial George R. R. Martin, empieza de hecho con el entorno de ese personaje que mueve a la compasión y a la amistad: Ned Stark. De bote pronto, los que sí son ingenuos dirán que la ingenuidad fue de hecho la principal responsable de su muerte. No fue así, quizá lo que le ganó fue en realidad la soberbia. Pero lo que lo mató realmente fue su convicción política: así fue como pagó el precio del acero, the iron price.
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Este 7 de marzo se cumplieron tres meses desde que el expresidente Pedro Castillo dispuso disolver temporalmente el Congreso (Poder Legislativo) e instaurar un gobierno de emergencia nacional con la idea de convocar a un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva carta magna en un plazo no mayor de nueve meses.[1]
La sorpresiva decisión, anunciada en un mensaje a la nación, llegó a horas de iniciarse el debate de su tercera moción de vacancia planteada por el Legislativo. Sin embargo, esto produjo una reacción generalizada en todo el arco político ideológico para condenar al expresidente y sirvió, además, como el pretexto preciso que permitió a las bancadas políticas opositoras deshacerse de Castillo y “recuperar la democracia” —un relato desestabilizador, golpista, que el Congreso manejó desde el primer día de gobierno, barajando todos los frentes posibles para tumbarse al profesor rural cajamarquino. Continuar leyendo…
Son exactamente 20 años los que marcan la distancia entre la primera elección de Lula en 2003 y su regreso al tercer mandato en 2023, después de sorprendentes vuelcos legales y políticos. A pesar de su gran experiencia, en este tercer mandato el presidente Lula tendrá nuevos y mayores desafíos para cumplir sus compromisos. Los desafíos surgen tanto en términos de retomar la capacidad del Estado para implementar políticas públicas como en la construcción de gobernabilidad, es decir, consolidar el apoyo político y la estabilidad para gobernar, no solo en el Parlamento, sino también con la sociedad. Continuar leyendo…
La sociedad civil cubana ha sido clasificada atendiendo a la existencia de varios actores y campos asociativos, con rasgos sociológicos y adscripciones ideológicas diferenciados. Las tipologías suelen reconocer la existencia del asociacionismo oficial tradicional, una zona emergente de nuevas organizaciones civiles surgidas en los años 80 y 90, y una franja opositora. Una tipología (Dilla & Oxhorn, 1999) identifica organizaciones de masas, asociaciones fraternales, culturales y deportivas, iglesias y congregaciones religiosas, ONG de desarrollo, movimientos comunitarios, cooperativas, centros y publicaciones académicos y grupos disidentes. Otra (Chaguaceda, 2008) identifica asociaciones paraestatales, asociaciones antisistémicas, asociaciones sectoriales o profesionales y asociaciones territoriales o populares. Continuar leyendo…
Entre el 13 de junio y el 30 de junio Ecuador vivió una intensa oleada de protestas convocada inicialmente por el movimiento indígena al que se sumaron otros sectores sociales: feministas, educadores, transportistas, estudiantes. A diferencia de otros paros que habían sido mayoritariamente de participación del movimiento indígena, este paro logró mayor presencia de otros sectores de la sociedad civil con una larga lista de demandas. Todo esto me lleva a compartir unas reflexiones que espero contribuyan a comprender lo que sucedió en el país andino, una reflexión más calmada un mes después de las protestas. Primero haré una síntesis general de lo sucedido durante el paro; segundo, analizaré las condiciones de la represión durante las protestas y finalmente, presentaré una reflexión sobre el panorama incierto que hoy vive el Ecuador. Continuar leyendo…
En abril de 2018 el actual presidente de Cuba, el Dr. Miguel Diaz-Canel firmó el Decreto 349 que en su texto exigía a los artistas la obtención de un permiso por adelantado para realizar exhibiciones y representaciones públicas y privadas. La nueva ley también prohibía vender obras de arte sin la aprobación del gobierno.[1] Uno de sus artículos, redactado con un lenguaje muy ambiguo, afirmaba que los contenidos prohibidos incluían “cualquier otro que viole las disposiciones legales que regulan el normal desarrollo de nuestra sociedad en materia cultural”. Es este precisamente el que encendió las alarmas de una parte de la comunidad intelectual cubana.[2] Publicada el 10 de julio de 2018 en la Gaceta Oficial[3] entraría en vigor en diciembre de ese mismo año.[4] Continuar leyendo…
Los cubanos han pagado el precio
de estar atrapados en los sueños de otros
Zlavoj Zizek
No hay delirio de persecución
en un lugar donde la persecución es un delirio
Guillermo Cabrera-Infante
La influencia de internet y sus redes sociales en todos los campos de nuestra civilización es creciente y además irreversible. Como bien profetizara M. Leinter: “¡Las computadoras son la civilización! ¡Si apagamos las computadoras, volvemos a un tipo de civilización que hemos olvidado cómo manejar!”[1] Continuar leyendo…
En Colombia la movilización social históricamente ha buscado como mínimo dos reivindicaciones: la disminución de la brecha de la desigualdad y la búsqueda de mecanismos democráticos y participativos para la solución de conflictos sociales. Éstos dos elementos han estado íntimamente relacionados con el surgimiento, persistencia y duración del conflicto armado en el país (CNMH, 2013). Continuar leyendo…
Un nuevo estallido social en Colombia ha hecho aun más evidente el distanciamiento entre el gobierno del presidente Iván Duque y la ciudadanía. El pasado 28 de abril, diferentes organizaciones sociales, sindicatos y centrales obreras convocaron una jornada de Paro Nacional en contra de la reforma tributaria que se tramitaba en el Congreso de la República.[1] Pese a los múltiples intentos de las autoridades por impedir la movilización social bajo el argumento de que estas aglomeraciones pondrían en riesgo la capacidad del sistema hospitalario para atender el tercer y más fuerte pico de contagios de la pandemia por COVID-19; el Comité Nacional del Paro mantuvo la convocatoria, preservando algunos protocolos de bioseguridad. De esta manera, la ciudadanía salió a las calles de forma masiva para sumarse a las manifestaciones en más de 500 municipios y ciudades del país.[2]