Entre el 13 de junio y el 30 de junio Ecuador vivió una intensa oleada de protestas convocada inicialmente por el movimiento indígena al que se sumaron otros sectores sociales: feministas, educadores, transportistas, estudiantes. A diferencia de otros paros que habían sido mayoritariamente de participación del movimiento indígena, este paro logró mayor presencia de otros sectores de la sociedad civil con una larga lista de demandas. Todo esto me lleva a compartir unas reflexiones que espero contribuyan a comprender lo que sucedió en el país andino, una reflexión más calmada un mes después de las protestas. Primero haré una síntesis general de lo sucedido durante el paro; segundo, analizaré las condiciones de la represión durante las protestas y finalmente, presentaré una reflexión sobre el panorama incierto que hoy vive el Ecuador. Continuar leyendo…
Un nuevo estallido social en Colombia ha hecho aun más evidente el distanciamiento entre el gobierno del presidente Iván Duque y la ciudadanía. El pasado 28 de abril, diferentes organizaciones sociales, sindicatos y centrales obreras convocaron una jornada de Paro Nacional en contra de la reforma tributaria que se tramitaba en el Congreso de la República.[1] Pese a los múltiples intentos de las autoridades por impedir la movilización social bajo el argumento de que estas aglomeraciones pondrían en riesgo la capacidad del sistema hospitalario para atender el tercer y más fuerte pico de contagios de la pandemia por COVID-19; el Comité Nacional del Paro mantuvo la convocatoria, preservando algunos protocolos de bioseguridad. De esta manera, la ciudadanía salió a las calles de forma masiva para sumarse a las manifestaciones en más de 500 municipios y ciudades del país.[2]