Elecciones en Bolivia: entre la fragilidad del proceso y un posible cambio de ciclo político

 

Christian Fabian Lucano Uzquiano

Bolivia celebra el 6 de agosto de 2025 el bicentenario de su independencia. A lo largo de estos doscientos años, la hija predilecta de Bolívar fue testigo de diversas luchas y conquistas que hicieron a los bolivianos “una sociedad articulada y politizada.”[1] En ese sentido, al menos desde la instauración del voto universal en el año 1952, la participación de los bolivianos en las elecciones presidenciales ha sido superior al 70%, y desde el año 2005 superior al 84%.[2]

A pesar de estar en un ambiente de celebración nacional, las fiestas patrias se han visto opacadas por el escenario electoral que se vive. El 17 de agosto, 7.1 millones de bolivianos están convocados a participar en las Elecciones Generales, en donde se elegirán al presidente, vicepresidente, 36 senadores y 130 diputados. Si bien cada elección suele tener su particularidad, estas elecciones tienen un carácter especial, pues las tendencias electorales apuntan a que iniciará un nuevo ciclo político en el país. Sin embargo, este proceso se ha visto marcado por tensiones partidarias internas, amenazas al proceso y, recientemente, un llamado al voto nulo.

¿Vuelve la derecha a Bolivia?

Después de la crisis electoral del año 2019, el Movimiento al Socialismo (MAS), a la cabeza de Luis Arce, recuperó el poder con 55,11% de los votos. Sin embargo, la prematura discusión sobre el siguiente candidato a presidente del partido enfrentó a Arce y al expresidente Evo Morales produciéndose una fragmentación interna en dos corrientes; y, en última instancia, la renuncia de Morales al MAS, quien posteriormente fundó su partido EVO PUEBLO.

Mientras esta división se desarrollaba, la crisis económica se fue agravando. Por la falta de dólares, la importación de combustibles se ha visto afectada, así como la producción de alimentos y la importación de medicamentos.[3] Todo ello causó el incremento de los precios, haciendo que el bolsillo de los bolivianos quede fuertemente afectado.[4]

Tomando en cuenta lo anterior, a finales del 2024 diversos actores políticos manifestaron su intención de buscar la presidencia del país. Desde el bloque opositor al MAS, y con la intención de conformar una coalición que no disperse el voto y pueda derrotar al partido gobernante, se conformó el Bloque de Unidad, una alianza de diversos políticos de oposición que se someterían a una encuesta para seleccionar al candidato presidencial. En este bloque, los candidatos más fuertes fueron Samuel Doria Medina (empresario) y Jorge Tuto Quiroga (expresidente de Bolivia). Debido a la falta de consenso interno para establecer la forma de elegir al candidato, Quiroga inscribió en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) a la alianza Libertad y Democracia (Libre), entendiéndose esta acción como un alejamiento del bloque. Por otro lado, Doria Medina fue designado como candidato del bloque y la alianza se denominó UNIDAD.

Desde el lado del oficialismo, y ante la fractura del MAS, el presidente Arce inicialmente fue proclamado para ser reelecto; sin embargo, declinó su candidatura para evitar la división del voto. De esta forma, se eligió a Eduardo Del Castillo, ex ministro de Gobierno, como candidato del MAS. Por otra parte, el expresidente Morales no pudo lograr su postulación a la presidencia por una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que señala que “ningún boliviano puede ocupar la presidencia o la vicepresidencia más de dos veces y puede gobernar por un máximo improrrogable de diez años, sin importar si ha sido elegido de forma continua o discontinua.”[5]

Con las imágenes de Arce y Morales afectadas por su disputa, y con el partido fragmentado, surgió un nuevo liderazgo de su interior: Andrónico Rodríguez, presidente de la Cámara de Senadores. Rodríguez fue promovido como la única figura que podría unificar a la izquierda del país y, distanciándose de ambos, confirmó su candidatura por Alianza Popular (AP). Sin embargo, esta fue calificada como una traición a Evo, y la elección de Mariana Prado, exministra de Planificación del Desarrollo en el gobierno de Morales, como su candidata a vicepresidenta ha generado cuestionamientos en sus bases.

Por otro lado, son candidatos el alcalde de la ciudad de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, por el partido Autonomía Para Bolivia – Súmate (APB Súmate); el senador Rodrigo Paz por el Partido Demócrata Cristiano (PDC); el alcalde de la ciudad de Santa Cruz, Jhonny Fernández, por la alianza Fuerza del Pueblo (FP); y Pavel Aracena por el partido Alianza Libertad y Progreso (ADN). En total, son ocho los candidatos que buscan la presidencia.[6]

Si bien existen múltiples candidatos, las encuestas reflejan una tendencia muy marcada: se avizora el triunfo de la derecha. Doria Medina y Quiroga son los candidatos con mayores posibilidades de acceder a una segunda vuelta electoral;[7] y Andrónico, quien en su momento comenzó con un apoyo que le permitía disputar el segundo lugar, fue desplomándose en las encuestas.

Fuente: Elaboración propia con datos en ANF (2025), Quiroz, M. (2025a), Quiroz, M. (2025b), Quiroz, M. (2025c), Rosales, Á. (2025) y Unitel (2025a) y Unitel (2025b).
En naranja: primer lugar. En verde: segundo lugar. En azul: tercer lugar

No obstante, no hay que perder de vista los porcentajes de los votos blancos, nulos e indecisos, que sumados oscilan entre el 25 y 34%, superando incluso los porcentajes del primer lugar. Es una cantidad muy alta, considerando que los votos blancos o nulos nunca superaron el 7% en las elecciones presidenciales del siglo XXI. Esto también puede ser el reflejo de la insatisfacción con la oferta electoral, ya que casi todos los candidatos son políticos de larga trayectoria, o es posible que la ciudadanía no se sienta representada o identificada por ninguno de los candidatos. La renovación ha sido un pedido de la población que no fue escuchado, y quienes la podrían representar ello no logran convencer al electorado.

La fragilidad del proceso y el llamado al voto nulo

El proceso electoral ha sufrido inconvenientes y amenazas que, en última instancia, han puesto en vilo su integridad. Desde intentos de paralización, bloqueos y amenazas de muerte, este proceso expuso la fragilidad del sistema electoral boliviano que no cuenta con la suficiente fuerza para blindar los procesos electorales. En ese sentido,

La intromisión judicial en las elecciones nacionales es un tema que preocupa a los bolivianos, luego del antecedente del retraso de más de un año de las elecciones para renovar jueces y su celebración parcial debido a sentencias legales que torpedearon el proceso.[8]

A pesar de que el Órgano Electoral advirtió al Órgano Legislativo sobre los riesgos que corría el proceso, no existió la voluntad política de la Asamblea Legislativa para aprobar leyes que protejan las elecciones. Por ejemplo, demandas judiciales intentaron sacar de la carrera electoral a varios de los candidatos presidenciales, como Andrónico Rodríguez, Manfred Reyes Villa, Rodrigo Paz o Jhonny Fernández. Dentro de estos, el caso de Andrónico fue el más preocupante, debido a que cuando se intentó bajar su candidatura su intención de voto era alta, por lo que existieron amenazas por si quedaba inhabilitado.

En este contexto de fragilidad, la figura de Evo Morales ha sido motivo de disputa y conflicto, ya que intentó por diversas vías postularse a la presidencia. Al no contar con el MAS-IPSP, intentó postularse por el Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL); pero el TSE decidió que el partido pierda su personería jurídica por no haber logrado un mínimo de 3% en las elecciones anteriores (decisión que posteriormente fue ratificada por el TCP el 5 de junio).

La presidenta del partido, Ruth Nina, declaró antes de la decisión del TCP que

Si intentan, esta vez, a un partido político vigente cuartar el derecho a inscribir a sus candidatos, yo creo que esta vez el Tribunal Electoral va a arder. Así clarito, porque no vamos a permitir la violación a nuestros derechos políticos.[9]

Con la pérdida de personería de PAN-BOL a inicios del mes de junio, el expresidente Morales intentó forzar su inscripción como candidato a través de bloqueos que paralizaron las principales vías del país (aunque los bloqueadores justificaban su acción como respuesta a la incapacidad del presidente Arce de resolver la crisis económica). Durante este bloqueo, que duró dos semanas, se produjo un enfrentamiento en la localidad de Llallagua (en el departamento de Potosí), el cual dejó un saldo de cinco muertos (cuatro policías y un civil). Este suceso hizo que los bloqueos se suspendieran y las bases afines a Evo Morales declararon que buscarán otras medidas de presión. En el mes de julio, durante un ampliado del partido EVO PUEBLO, Nina hizo una declaración que despertó las alarmas en todo el país:

Ese día el TSE y el Gobierno en vez de contar votos, va a contar muertos, eso va a pasar, si atentan contras las comunidades y si nos obligan a querer votar por aquellos.[10]

Eso hemos decidido orgánicamente, que nuestras vidas las vamos a dar y en vez de contar votos, van a contar muertos, porque el pueblo está decidido a dar su vida por el pueblo, el país y la patria.[11]

Estas expresiones fueron catalogadas como apología de la violencia. Por las declaraciones, Nina fue denunciada, y actualmente se encuentra con prisión preventiva de 90 días en la cárcel de San Sebastián, en la ciudad de Cochabamba.

Con la cercanía de las elecciones, la estrategia de Morales y sus partidarios cambió y ahora se hace un llamado a votar nulo como protesta ante su inhabilitación. Debido a que ninguno de los candidatos supera el 25% de intención de votos en las encuestas, en palabras de un grupo de mujeres de Chuquisaca, se busca que el voto nulo supere el voto del candidato más votado para evidenciar el carácter antidemocrático y excluyente de las elecciones.

Este llamado a votar nulo también busca quitar la legitimidad al siguiente gobierno:

Con cualquier porcentaje que ganen, evidentemente es legal, van a legalizar (al próximo gobierno), pero esta elección para mí está viciada de nulidad. No están pasando (los candidatos) del 20% (en las encuestas). Si no pasa el primero el 25% ¿qué legitimidad tienen? Ninguna legitimidad.[12]

Si bien la suma de los votos residuales e indecisos llega a ser superior al porcentaje del candidato con la intención de voto más alta, no es posible atribuir esto a la nueva estrategia de Morales, pues esta situación ya se presentaba antes. Posiblemente una parte de estos sí sean votos afines a Morales, pero habrá que esperar hasta el día de elección si estos datos se mantienen o si llegan a ser similares a los de las elecciones pasadas. En todo caso, los votos residuales e indecisos, así como la fragmentación del voto en varios candidatos, pueden reflejar la existencia de partidos débiles, liderazgos escasamente dominantes, crisis de representación y un escenario de polarización, porque a pesar de la gran cantidad de candidatos, es posible dividirlos en dos bloques: los candidatos de izquierda versus los candidatos de derecha.

Elecciones, ¡sí o sí!

Pese a la fragilidad del proceso electoral y al contexto complejo que vive Bolivia, un consenso general se ha manifestado en la población y en las instituciones del Estado: las Elecciones Generales deben realizarse y nada debe detenerlas. Los cuatro Órganos del Estado se comprometieron en junio a garantizar las elecciones este 17 de agosto, y en la sociedad civil empezaron a surgir movimientos para ejercer control electoral y garantizar transparencia, como Cuidemos el Voto, que ya cuenta con más de 5,000 voluntarios.

No obstante, es difícil ignorar todos los acontecimientos que han caracterizado a esta elección atípica; los cuales obligan a poner los ojos en Bolivia. No se está solamente ante un posible cambio de ciclo, sino que la coyuntura vuelve inevitable que surjan preocupaciones sobre escenarios de conflicto civil poselectoral—como sucedió en el año 2019, el cual dejó un saldo de 32 muertos y más de 700 heridos. No se trata de pensar que puedan surgir acusaciones de fraude electoral como aquel año; pero el escenario de tensión en el que se encuentra el país, la fragilidad del proceso y los cuestionamientos sobre su integridad por sectores que sienten que son obligados a votar por alguno de los candidatos, pueden llegar a causar protestas y violencia.

En ese sentido, estas elecciones tienen el desafío de demostrar si serán capaces de dirimir los conflictos existentes. Solo para recordar, este proceso electoral ya tiene el saldo de 5 víctimas fatales, por lo que el historial conflictivo que tiene el país invita a seguir con atención la situación. No es posible predecir lo que pasará el 17 de agosto, y aunque el miedo y la incertidumbre se hacen cada vez más presentes, esperemos que la vocación democrática de los bolivianos permita que esta tierra inocente y hermosa, que ha debido a Bolívar su nombre, sea la patria feliz donde el hombre goce el bien de la dicha y la paz.[13]

Notas

[1] Wanderley, F. (2008). Acciones colectivas y ciudadanía en Bolivia. Temas Sociales, (28), 219-243. Recuperado de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0040-29152008000100012

[2] El voto en Bolivia es obligatorio desde 1991.

[3] Muñoz, R. (6 de junio de 2025). Las opciones de Bolivia para salir de sus múltiples crisis. Deutsche Welle. Recuperado de https://www.dw.com/es/cómo-pasó-bolivia-del-milagro-económico-a-la-crisis-múltiple-y-cómo-saldrá-de-esta/a-72806076

[4] El Instituto Nacional de Estadística de Bolivia informó que la informalidad laboral del país fue de 84,2% en el 2024. La Patria. (2025, 11 de mayo). La informalidad laboral en Bolivia se eleva al 84,2% en 2024. Recuperado de https://lapatria.bo/2025/05/11/la-informalidad-laboral-en-bolivia-se-eleva-al-842-en-2024/

[5] Molina, F. (2025, 14 de mayo). El Tribunal Constitucional de Bolivia confirma la inhabilitación de Morales para las elecciones. El País. Recuperado de https://elpais.com/argentina/2025-05-14/el-tribunal-constitucional-de-bolivia-confirma-la-inhabilitacion-de-morales-para-las-elecciones.html

[6] Originalmente eran diez los candidatos a la presidencia; sin embargo, se inhabilitó al candidato Jaime Dunn (el “outsider” de la elección, que manejaba un discurso similar al de Javier Milei) por no presentar uno de los documentos solicitados para inscribir su candidatura. Por otra parte, el partido Movimiento de Renovación Nacional (MORENA), que postulaba a la alcaldesa de la ciudad de El Alto, Eva Copa, a la presidencia, decidió retirarse de la contienda a finales de julio por el asedio político y la falta de madurez del proyecto.

[7] Se desarrollará una segunda vuelta electoral siempre y cuando el primer lugar no haya conseguido el 50% +1 de los votos válidos, o si el primer lugar tiene un mínimo de 40% de los votos pero no existe una diferencia de al menos 10% con el segundo lugar. En estas elecciones, la segunda vuelta está programada para el 19 de octubre.

[8] Trigo, M. (2025, mayo 28). Un nuevo fallo judicial complica la candidatura presidencial de Andrónico Rodríguez en Bolivia. Infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/america/america-latina/2025/05/28/un-nuevo-fallo-judicial-complica-la-candidatura-presidencial-de-andronico-rodriguez-en-bolivia/

[9] Soria, V. (2025, 27 de mayo). Elecciones: Nina advierte que, si impiden inscribir a candidatos de PAN‑BOL, el TSE “va a arder”. Opinión. Recuperado de https://www.opinion.com.bo/articulo/pais/elecciones-nina-advierte-que-impiden-inscribir-candidatos-pan-bol-tse-va-arder/20250527103732973207.html

[10] Correo del Sur. (2025, 13 de julio). Ruth Nina: “En vez de contar votos, van a contar muertos”. Correo del Sur. Recuperado de https://correodelsur.com/politica/20250713/ruth-nina-en-vez-de-contar-votos-van-a-contar-muertos.html

[11] Correo del Sur. (2025, 13 de julio). Ruth Nina: “En vez de contar votos, van a contar muertos”. Correo del Sur. Recuperado de https://correodelsur.com/politica/20250713/ruth-nina-en-vez-de-contar-votos-van-a-contar-muertos.html

[12] Montero, B. (2025, 31 de julio). A 17 días de la elección, Evo se ampara en el voto nulo y alimenta el discurso de que el próximo gobierno no será legítimo. Visión 360. Recuperado de https://www.vision360.bo/noticias/2025/07/31/29210-a-17-dias-de-la-eleccion-evo-se-ampara-en-el-voto-nulo-y-alimenta-el-discurso-de-que-el-proximo-gobierno-no-sera-legitimo

[13] Octava estrofa del Himno Nacional de Bolivia, pero que por motivos de la redacción se modificó la palabra “es” por “sea”.

Christian Fabian Lucano Uzquiano

Maestro en Comunicación, con orientación en Comunicación Política y Opinión Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México. Licenciado en Comunicación con mención en Marketing de la Universidad Privada Boliviana. Sus áreas de interés son populismo, polarización, discurso y campañas políticas. Actualmente funge como profesor en la carrera de Comunicación de la Universidad Privada Boliviana, campus La Paz.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *