En una entrada anterior[1] analicé el texto México: represión, resistencia y rebeldía del grupo contestatario Praxis en América Latina. Con ello, en parte quería reivindicar el estudio de la literatura formal de la acción colectiva contrahegemónica, particularmente aquella enfocada al cambio político sistémico. Siguiendo esta línea, examino aquí un escrito de Por México Hoy (PMH), otra iniciativa apartidista que aspira a una transformación política radical. Reviso su texto fundante. Primero, presentaré el grupo; a continuación, expondré mi marco de análisis; examinaré el escrito y cerraré con una reflexión.
La alianza electoral con el Partido Acción Nacional en 2018 y los resultados de esas elecciones auguran un futuro incierto para el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Esta situación se agrava con el ascenso meteórico del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que en los últimos años ha ido desplazando al PRD de las preferencias electorales de la ciudadanía. Entre la derecha panista y la nueva izquierda morenista el PRD carece de alma ideológica y, al menos en la Ciudad de México, su capital político se está agotando. Su fundador histórico, Cuauhtémoc Cárdenas, se anticipó a esta pérdida de rumbo cuando el 25 de noviembre de 2014 presentó su renuncia al PRD, tras desacuerdos con la cúpula del partido por el manejo del caso Ayotzinapa.[2]
Diez meses después nace oficialmente el proyecto Por México Hoy, iniciativa de la Fundación para la Democracia (FpD), una organización think tank creada en 1995 y desde entonces presidida por Cárdenas.[3] Con fecha de 3 de octubre de 2015 este grupo incipiente publica un manifiesto político, Por México Hoy. Hacia un país soberano, de iguales, con justicia y libertad (PMH, 2015), en el que se presenta y plantea su proyecto político. Básicamente, PMH trata de “construir una mayoría social” que impulse un “nuevo proyecto de país” de “izquierda progresista”, en oposición al régimen neoliberal existente. Esto lleva al grupo, entre 2015 y 2017, a organizar cerca de una treintena de foros estatales para recoger inputs ciudadanos de agravios, necesidades y deseos. De este modo, PMH ha ido iterativamente construyendo el “proyecto de país”, fruto de esta combinación de insumos, trabajo editorial e ideología izquierdista. El documento 210 propuestas por un México de iguales (PMH, 2018) corresponde a la más reciente y completa iteración:
Es un paso más, al que seguirán otros, en este proceso de elaboración de un proyecto de país que sea recogido en un Congreso Constituyente Ciudadano y expresado en una Nueva Constitución, y al mismo tiempo, de construcción de una mayoría social y política capaz de impulsarla articuladamente (p. 5).
Antes de adentrarnos en el mensaje de PMH quiero mencionar sucintamente cómo la utopía puede contribuir a su comprensión. Pese al descrédito que este concepto ha sufrido en manos del marxismo –descrédito bien palpable en el lenguaje de la calle y en el de los propios grupos contestatarios–, constituye un abordaje relevante para abordar el cambio social. Los estudios utópicos han tenido su boom en las últimas décadas, pero ello parece haber ocurrido en paralelo a la investigación de la acción colectiva contestataria. El cruce entre ambas literaturas, al menos en lengua hispana, es pobre. Quizás este desencuentro se origine en los supuestos: la utopía es un proceso y el ‘movimiento social’ es un grupo. Es decir, la utopía atraviesa (o está mediada por) grupos sociales, ‘movimientos’ y otros. Así, la utopía permite conceptualizar un fenómeno transversal, que adopta distintas formas según las idiosincrasias grupales, coyunturales y estructurales.[4] Dicho esto, ¿qué entender por utopía? Siguiendo a Levitas (2010), la defino como un proceso que comprende un conjunto de prácticas sociales y que articula una crítica del presente, un deseo de mejora y una transformación a futuro. Además, la utopía tiene un carácter totalizante, porque el deseo es totalizante: establece dicotomías, se expande, procura reificarse (Alberoni, 1984, sobre el “estado naciente”). De esta manera, la utopía implica una doble totalización: totalización de discontinuidades (dicotomías) en la totalidad temporal (pasado, presente y futuro). Y la utopía política –a diferencia, por ejemplo, de algunas utopías religiosas– se orienta a normar el funcionamiento de toda la sociedad, concretamente la toma y aplicación de decisiones colectivas.
Precisamente muchos grupos contestatarios exhiben prácticas que reflejan el fenómeno utópico. En este sentido, el texto de PMH es una objetivación utópica, fruto de prácticas discursivas atravesadas por cierta utopía (o utopías). Su primer párrafo inicia la crítica del statu quo:
México y los mexicanos vivimos tiempos difíciles, en medio de una crisis política creciente atravesada por violencia, corrupción e impunidad, con atropello de los derechos humanos y cancelación de derechos civiles y ciudadanos. Hemos perdido toda confianza en las principales instituciones públicas y privadas. El sistema político vigente, en crisis, ha dejado de representar los intereses y anhelos del pueblo (PMH, 2015, p. 3).
Según PMH, estamos en una “crisis” de gran magnitud y la ciudadanía ha “perdido toda confianza” en el Estado (y otras “instituciones privadas”). El “sistema político” le da la espalda al “pueblo”. A continuación, el texto informa que el “neoliberalismo” es el culpable de esta situación. Así, se despliegan dos dicotomías totalizantes, que iconizan positiva y negativamente las nociones confrontadas: Estado vs. pueblo, neoliberalismo vs. bienestar sociopolítico. Tras unas cuantas páginas de diagnóstico demoledor, se anuncia la solución:
Hoy, por México, creemos que podemos avanzar impulsando una propuesta que permita salir al país de la profunda crisis en que se encuentra. La tarea que estamos emprendiendo tiene por objetivo otro modelo de país, un México para todos, con igualdad, justicia, libertad y soberanía (p. 6).
El “creemos” implica un deseo de mejora. Y “por México” apela a la razón patriótica; pretende conmover sentimientos nacionalistas que separan a “México” del Estado –otra dicotomía. México sería la víctima del Estado neoliberal; por tanto, hay que acudir en socorro de “México” y tomar partido en contra del agresor, “por México”. Los ideales de “igualdad, justicia, libertad y soberanía” enraízan esta lucha en la moral judeocristiana occidental; le dan un carácter trascendental, más allá de la experiencia individual; son los valores fundamentales que supuestamente orientan las sociedades occidentales y en los que todos “creemos” (o en los que se espera que creamos). PMH trata de resonar en la conciencia del lector/a. Implícitamente se tacha el régimen neoliberal de desigual, injusto, opresor y dependiente del exterior, atributos indeseables. Mover a la acción contra el “sistema” requiere motivar las personas a rebelarse, no sólo concientizarse y resistir.
En términos metafóricos, PMH se propone como pastor y corral en este éxodo del neoliberalismo a la tierra prometida (horizonte utópico) del “otro modelo de país”. Para ello propone cuatro ejes de actuación:
EN EL MEDIANO PLAZO, la agenda de trabajo contempla las vertientes de elaboración y debate y de suma de fuerzas y organización: [1] Completar el proyecto de nación que condense nuestras aspiraciones, ampliando y profundizando en todo el territorio nacional el debate de los temas propuestos y los que se agreguen, en particular aquellos específicos de las problemáticas regionales. [2] Ampliar y profundizar consensos y articulaciones políticas, que permitan construir la fuerza capaz de impulsar tanto el proyecto de nación como una nueva constitucionalidad. [3] Discutir la estrategia a seguir para la convocatoria a un nuevo constituyente, a partir de otras experiencias latinoamericanas, de nuestra propia realidad política y de otras iniciativas de la sociedad. [4] Impulsar la formación de grupos de trabajo en todo el territorio nacional (p. 8).
En realidad, los puntos 3 y 4 se subsumen en los dos primeros, que podríamos resumir, respectivamente, en definir el “proyecto de nación” de ideología izquierdista y “construir la fuerza” social y política para realizar ese proyecto (que incluye una nueva constitución). Ésta es la transformación de PMH: “proyecto de país” realizado por “mayoría social”. Que suene simple incrementa su atractivo popular. Este aparente simplismo refleja la cualidad mítica de lo utópico, que se construye y presenta como algo ‘evidente’, de ‘sentido común’. Sería evidente que el neoliberalismo es malo y que, dado que no nos gusta, tenemos que pensar e implementar otro modelo de país que, puestos a desear, satisfaga una especie de carta a los reyes magos.
¿Pero dónde está la totalización temporal? Otros documentos de PMH alumbran mejor esta cuestión, pero aquí tenemos dos pistas. Por un lado, el autor moral del escrito encarna el legado cardenista de su padre, el presidente Lázaro Cárdenas, quien presidió esa época presuntamente dorada del ‘nacionalismo revolucionario’ en la que el Estado asumió la dirección del desarrollo socioeconómico de México (p. ej. mediante la nacionalización del petróleo). Por otro lado, el documento asigna una vida de “más de tres décadas” al neoliberalismo (PMH, 2015, p. 3), lo cual sugiere que anteriormente existía algo mejor. Cómo otros grupos que quieren rescatar a “México” de las garras del Estado neoliberal, PMH entroniza el ‘espíritu’ de la constitución de 1917, texto que luego se habría ido pervirtiendo mediante sucesivas reformas orquestadas por la élite, contra el pueblo y la democracia. Por ejemplo:
Estas reformas [estructurales de Peña Nieto] regresivas someten a México al culto al mercado y subordinan el interés público al interés privado. Además, se llevaron a cabo de manera antidemocrática… (p. 3).
PMH abreva de ese espíritu revolucionario que se mueve libremente en el tiempo, totalizando la temporalidad.
A modo de cierre, quiero reflexionar sobre cómo PMH piensa el cambio social. Sí, utópicamente. Pero, ¿por qué creer que un “proyecto de país” puede aglutinar a una “mayoría social”? (Asimismo, ¿por qué no fundar otro partido político con ese objetivo?) Pese a la realización de foros y otras “articulaciones políticas”, PMH se ha centrado en la elaboración de textos sobre el “proyecto de país”, que finalmente desembocaron en el documento de las 210 propuestas. Fiel a su trayectoria de think tank, ha generado un discurso con pretensiones de influencia pública. Pero eso queda muy lejos de “construir una mayoría social” que pueda implementar el “proyecto de país”. Además, el objetivo de cambio social a escala nacional sobrepasa la capacidad operativa del grupo, que cuenta con recursos bastante limitados y no ha encontrado cómo multiplicar el voluntarismo moral. En fin, parece que las totalizaciones programática y geográfica minan la viabilidad de PMH. Esto nos remite a un hallazgo significativo: la utopía no necesariamente facilita el cambio social y puede conducir a dinámicas contraproducentes (Compte, 2019). En este caso, quizás valdría más la pena explorar cómo construir consensos duraderos que impliquen acciones concretas, con objetivos tangibles –sin necesariamente renunciar a la dimensión utópica.
Bibliografía
Alberoni, Francesco (1984). Movement and Institution. Nueva York: Columbia University Press.
Compte Nunes, Guillem (2019). Continuidades y discontinuidades de la hegemonía en la utopía política: el caso del Congreso Nacional Ciudadano en la Ciudad de México y su utopía pospartidista. Sociológica 34(96), 319-361.
Levitas, Ruth (2010). The concept of utopia. Berna: Peter Lang.
Por México Hoy (2018). 210 propuestas por un México de iguales. Ciudad de México: Por México Hoy.
Por México Hoy (2015). Por México Hoy. Hacia un país soberano, de iguales, con justicia y libertad. México DF: Por México Hoy. Disponible en https://pormxhoy.org/descargas/PorMxHoy.pdf
[1] https://movin.laoms.org/2018/11/06/realidad-social-ideologia-humanismo-marxista/.
[2] https://aristeguinoticias.com/2511/mexico/cuauhtemoc-cardenas-renuncia-al-prd-carta/.
[3] https://pormxhoy.org/ y http://fundaciondemocracia.org/. Entre 1995 y 2006 FpD está financiada por el PRD, relación que se finaliza tras el desacuerdo político entre Cárdenas y López Obrador en la campaña electoral de 2006.
[4] Una analogía es cómo cierta espiritualidad se encarna en distintos grupos religiosos.