Las relaciones entre alimentación, política y acción colectiva en contextos urbanos no son nuevas. De hecho, más de una vez a lo largo de la historia de la humanidad los problemas relacionados con el control estatal sobre la producción, la distribución y el consumo de alimentos han sido utilizados para transformar cuestiones como las clases sociales, la explotación o la marginalidad en una realidad material y visceral. Continuar leyendo…
El 15 de marzo del año en curso tuvo lugar la primera marcha del movimiento #FridaysforFuture (FFF) en México. Ese día un millón y medio de jóvenes protestaron en más de dos mil marchas en 123 países1, bajo lemas como: “No hay planeta B”, “El tiempo se está acabando” y “Cambio político no cambio climático”. A pesar de la trascendencia e impacto mediático del movimiento, sobre todo en Europa, muchas personas en México no lo conocen aún, y de aquí la necesidad de escribir este texto.
Tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el pasado 26 de septiembre de 2016, se dio inicio a un proceso de renovación de fuerzas políticas y sociales en el país, al mismo tiempo que surgieron nuevos desafíos en términos económicos, políticos y ambientales.
Dentro de los mayores desafíos se encuentra la recuperación del monopolio de la violencia por parte del Estado. En los tres procesos de desmovilización más importantes de las últimas décadas con grupos armados irregulares (el proceso de paz de Belisario Betancourt con las FARC en 1985, el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares de Álvaro Uribe en 2006 y el actual proceso de paz de Juan Manuel Santos, nuevamente con las FARC) han surgido fuerzas paralelas que se oponen a la negociación y que han optado por la violencia como forma de reacción. Continuar leyendo…