La pandemia de COVID-19 que está azotando el mundo, no es solamente un problema de salud pública. Las respuestas de los estados frente a los centenares de miles de contagiados, muertos, personas en aislamiento, están poniendo en evidencia y amplificando de manera exponencial las consecuencias de un modelo social, cultural y económico que ha guiado las políticas públicas en las últimas décadas: el modelo neoliberal.
Una de las muchas estrategias que se han empleado en la criminalización de la protesta, tanto históricamente como actualmente, es la acusación de irracionalidad de los que protestan. Bajo esta visión, las personas, en los momentos colectivos, se dejarían llevar por sus impulsos y pasiones, como la ira o el miedo, actuando de manera irracional, con violencia y amenazando el estatus quo. De la misma manera, el uso del acrónimo NIMBY (not in my back yard, no en mi patio trasero) es utilizado desde los años setenta del siglo XX para descreditar y desprestigiar a los colectivos y comités de ciudadanos que se oponen a instalaciones que amenazan su territorio, su salud y su vida, acusándolos de irracionalidad, ignorancia y egoísmo. Según esta perspectiva, las autoridades representarían el interés cívico–racional, mientras las personas que se oponen, el interés personal–irracional
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¿Por qué es importante incorporar la dimensión emocional en el estudio de las protestas y los movimientos sociales?
Cualquier persona interesada en comprender el origen, desarrollo o fin de una experiencia de protesta o de un movimiento social y las dinámicas que las caracterizan, sea investigador, estudiante o persona común y corriente, tendría que tomar en cuenta las emociones.
En nuestra experiencia como investigadores hemos podido observar que hablando y trabajando con sujetos involucrados en protestas y resistencias todos reconocen, describen o tratan de expresar sus emociones. Participando en primera persona, o sólo prestando atención al contenido de pancartas, carteles, o grafitis, así como al contenido de los comunicados y panfletos, es difícil no toparse con emociones. Lo que es menos evidente y a lo que se ha prestado menos atención hasta ahora, es el papel que juegan las emociones en las experiencias de protesta y los movimientos sociales. Continuar leyendo…