Como en otros países del mundo, en México estamos padeciendo algunas consecuencias negativas de la globalización, pero también algunos efectos imprevistos e indeseables de la democratización y de un gobierno que perdió el control del crimen y la violencia. Otros problemas que ya se arrastraban, como la corrupción y la impunidad, se han agravado complicando la situación.
La transición desde el autoritarismo en México fue un proceso desigual y combinado en el que algunos de los poderes, niveles e instituciones del estado fueron permeables a la democratización, pero otros continuaron intactos. Los sindicatos corporativos, que se resistieron a la democratización, siguen sin contribuir a la consolidación de la democracia. Continuar leyendo…