La Marea Blanca y la plataforma de afectados por la hepatitis c (plafhc)Salvador Martí i Puig y Marta Marinas García

Salvador Martí i Puig y Marta Marinas García, La Marea Blanca y la plataforma de afectados por la hepatitis c (plafhc)

La crisis española: recortes y movilizaciones en la Sanidad Pública

A partir de la crisis de 2007 el milagro económico español se derrumbó como un castillo de naipes. No fue el único país que lo experimentó, pero el derrotero que tomó en España ha sido singular por dos razones. La primera fue por la forma en que se gestionó la crisis por parte de los gobiernos (ya fueran del PSOE o el del PP), que priorizaron recortar derechos -laborales, educativos, sanitarios, etc.- a la protección de sus ciudadanos.[1] La segunda razón fue por el hecho de que, después de un primer período de inactividad, emergieron diversas movilizaciones (cuyo clímax fue el 15M de 2011) que tuvieron un notable impacto tanto en la arena política como en el diseño y reforma de algunas políticas públicas.[2] En este texto nos centraremos en las movilizaciones en el ámbito de la salud pública donde el gobierno quebró la naturaleza universal del acceso al sistema público de atención sanitaria y recortó el presupuesto sanitario, a la par que externalizó y privatizó servicios[3] (Gómez Liébana ed. 2017).

En el contexto post-15M nació la Marea Blanca[4] que generó una importante movilización –desbordando a los sindicatos tradicionales- para la defensa de la Sanidad Pública, muy activa en Madrid y su hinterland, aunque se extendió a otras ciudades españolas (Cortavitarte 2014). Los argumentos de esta lucha fueron cuatro: la sanidad es una parte esencial del Estado de Bienestar, el sistema público de salud es superior en calidad y eficiencia al modelo privado respecto a las prestaciones esenciales, los gobiernos no recortan para ahorrar si no para hacer negocio y transferir recursos a empresas privadas, y los profesionales de salud son aliados de la ciudadanía (San José, Cordón y Jaén, 2014: 70). Con esta bandera a partir de noviembre de 2012 se activaron varias movilizaciones entre las que hubo marchas, ocupaciones de hospitales y centros de salud, así como recursos ante los Tribunales de Justicia. En esta lucha, en la que se dieron notables éxitos,[5] queremos destacar el rol y la actividad de una organización muy singular que se sumó y formó parte de la Marea Blanca pero que tuvo una dinámica y unos reclamos muy específicos. Nos referimos a la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC).[6]

 

La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC)

La PLAFHC surgió como respuesta popular frente la negativa del Gobierno Central de crear una partida en los Presupuestos Generales del Estado destinada a financiar un medicamento que se acababa de descubrir y que podía salvar la vida de los afectados por la Hepatitis C (VHC desde ahora).

Lo interesante del caso de la PLAFHC es que fue un movimiento que nació a la luz de dos circunstancias. Una fue el descubrimiento en 2014 del fármaco sofosbuvir, un antiviral de acción directa comercializando bajo el nombre de Sovaldi y bajo la patente de la farmacéutica norteamericana Gilead Sciences con capacidad de tratar el VHC con mayor eficacia y con mucho menos efectos secundarios que los anteriores fármacos. Y la otra circunstancia fue la coincidencia en el tiempo de las demandas de los afectados por la HVC con las movilizaciones de la Marea Blanca. En este sentido es posible señalar que la estructura de oportunidades políticas que determinó la creación de la PLAFHC es muy singular, ya que no se originó como consecuencia de un agravio acumulado, sino por el descubrimiento de un nuevo fármaco que podía mejorar la calidad de vida de los afectados pero que el gobierno anunció que no podría suministrar debido a su precio,[7] y por la coincidencia de todo ello con la ola de movilizaciones de la Marea Blanca.

La PLAFHC nació como asociación sin ánimo de lucro y como tal se inscribió en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior con dos objetivos: conseguir personalidad jurídica para poder presentar una querella contra el Gobierno y contra la farmacéutica Gilead Sciences por omisión de socorro y para poder defender los derechos de todos los afectados del territorio español.[8] Pero más allá de su registro, la PLAFHC también ha actuado como un movimiento social, y desde junio de 2014 hasta hoy y ha desplegado un repertorio de acción colectiva transgresor y ha elaborado un relato de una gran intensidad simbólica.[9] Lo interesante de estas dos prácticas es que fueron totalmente simbióticas con la acción de la Marea Blanca ya que la PLAFHC pudo sumarse y participar en las actividades que la Marea organizó, pero también la Marea Blanca pudo hacer suyas algunas de las consignas de la PLAFHC –como la de “los recortes matan”- que, en este caso, se podían tomar en sentido literal.

Entre el repertorio de acción colectiva desplegado por la PLAFHC desde su nacimiento hay tanto acciones convencionales como disruptivas. Entre las primeras destacan las tareas de lobby, las comparecencias en el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados, y los encuentros con los responsables de los Ministerios de Salud y de Hacienda, y las alianzas con los líderes de la oposición. Respecto a los repertorios disruptivos cabe mencionar el encierro que inició el 18 de diciembre de 2014 en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y que duró 94 días y otro más breve en diciembre de 2016; cadenas humanas que rodearon edificios públicos, como el Ministerio de Salud y el de Hacienda; marchas multitudinarias entre hospitales y edificios gubernamentales; concentraciones en Colegios Oficiales de médicos y en congresos farmacéuticos; y acampadas (plantones) como el realizado en la plaza madrileña de Callao en mayo de 2015. Además, la PLAFHC se sumó a las movilizaciones impulsadas por la Marea Blanca, como la Consulta Ciudadana que se celebró entre el 5 y el 10 de mayo de 2013 donde participaron 950,312 personas.[10] A todo ello cabe sumarle la organización de mesas redondas, charlas de sensibilización y cursos de formación.[11]

Respecto al discurso, la PLAFHC tuvo la capacidad de enmarcar su mensaje de forma lógica y emotiva, donde quedaba muy claro el diagnóstico (“existe un medicamento eficaz para curar el HVC pero no se suministra por la falta de voluntad de las autoridades y por el ánimo de lucro de la industria farmacéutica”), el pronóstico (“el HVC se podría curar si las autoridades quisieran y lo plasmaran en los presupuestos y en el Plan del Sistema Nacional de Salud”) y la motivación (“todo ello es posible si se actúa y presiona de forma directa, y sobre todo urgente ya que cada día se están muriendo afectados del HVC”). En esta dirección la PLAFHC acuñó slogans que denunciaban la práctica privatizadora de los gobiernos (“los recortes matan”, “no son muertes son asesinatos,” “es un crimen especular con la vida de las personas”) y sus malas prácticas (“menos corrupción y más medicación”) así como el afán de lucro de las farmacéuticas (“pacientes, no patentes”). A la vez se unían a los reclamos de la Marea Blanca en defensa de la salud pública (“la sanidad pública no se vende, se defiende”) y de principios universales como la justicia (“la salud y la vida son de justicia”). Y también apelaron a la urgencia (“medicación ya,” “no toleramos ni una muerte más”) y la creación de solidaridad de grupo entre afectados (“tratamiento para todos”).

 

A modo de conclusión: Lecciones de una acción eficaz y simbiótica

Después de un lustro de lucha, y gracias a la combinación de acciones de lobby con repertorios transgresivos y a la fortuna de haber nacido en un ciclo de movilizaciones, la PLAFHC ha sido una de las organizaciones que mayor eficacia ha tenido a la hora de hacer valer sus demandas, y no sólo por el hecho de haber visibilizado una problemática desconocida para la opinión pública,[12] sino también por sus logros sustantivos, destacando la consecución de que todos los afectados –independiente de su residencia, e incluyendo a población reclusa- puedan acceder al tratamiento con los nuevos antivirales.[13] Por otro lado, la Marea Blanca consiguió gracias a la PLAFHC un núcleo de activistas fieles y dedicados y un discurso gráfico de que la descapitalización de la sanidad pública sí podía matar, y a corto plazo.

 

Referencias

Coordinadora anti-privatización de la sanidad Madrid (2017) “Madrid: La privatización de la sanidad goza de buena salud (por desgracia)” en: Juan Antonio Gómez Liébana (coord.). Se vende sanidad pública. Todo lo que deberías saber sobre la privatización, pero nadie quiere contarte. Madrid: Libros de la Catarata.

Cortavitarte, Emili (2014) “El movimiento obrero en 2014: los brotes no tan verdes y la dignidad de las Marchas” en Pedro Ibarra y Marta Curells Anuario de Movimientos Sociales 2014. Barcelona: Icaria-Fundación Betiko. http://fundacionbetiko.org/wp-content/uploads/2015/03/Movimiento-Obrero-2014.pdf

Gómez Liébana, Juan Antonio (coord.) (2017). Se vende sanidad pública. Todo lo que deberías saber sobre la privatización, pero nadie quiere contarte Madrid: Libros de la Catarata.

Martí i Puig, Salvador y Aparicio Wilhelmi, Marco (2017) “The Spanish Crisis: From Complacency to Unrest, from Unrest to Mobilisation” en: Sian Lazar (ed.) Where are the unions? Workers and Social Movements in Latin America, the Middle East and Europe. Londres: Zed Books.

Pastor Verdú, Jaime (2013) “El 15m, las mareas y su relación con la política sistémica. El caso de Madrid”. Ponencia presentada en el XI Congreso de la AECPA, Sevilla.

San Jose, C., Cordón, J., Jaén, J. (2014) “Marea Blanca: balance y perspectivas”. Revista Viento Sur 134.

Taibo, Carlos (2011) Nada será como antes. Sobre el 15M. Madrid: Ediciones de la Catarata.

 

Notas

[1] La mayor parte de estas medidas se realizaron a través de Decretos-Ley y apelando a razones de urgente necesidad (Martí i Puig y Aparicio Wilhelmi 2017).

[2] Ya antes del 15M existían grupos movilizados, como por ejemplo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el colectivo Juventud sin futuro.

[3] Según el Sistema de Cuentas de Salud durante el período 2010-2014 el gasto sanitario público decreció una media de -2,8% mientras que la sanidad privada creció un 3,8%.

[4] Las Mareas es cómo se calificaron las movilizaciones sociales para combatir las políticas de erosión de los servicios sociales y el recorte de derechos, y cada una de ellas adquirió un color para “visibilizarse.” Las más activas fueron la Marea Blanca en defensa de la Sanidad Pública y la Verde de la Educación Pública. La Marea Blanca nació como respuesta a la presentación el 31 de octubre de 2012 por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid del proyecto del Plan de Medidas de Garantías de Sostenibilidad del Sistema Sanitario (PMGS), que incluía recortes sociales y privatizaciones en el sector. Tras el comienzo de la protesta en el Hospital La Princesa se desarrolló una dinámica asamblearia y de encierros de la que surgiría la Plataforma Asamblearia de Trabajador@s y Usuari@s de la Salud, convocante de una Marcha Blanca el 16 de noviembre de 2012 con el lema “La sanidad pública no se vende, se defiende” (Pastor 2013).

[5] Entre ellos destacó la paralización de un proyecto de privatización de 6 hospitales y 27 centros de salud en la Comunidad Autónoma de Madrid.

[6] La hepatitis C es una enfermedad infecciosa del hígado producida por el VHC. Hasta el año 1988, que es cuando se identifica por primera vez, recibe el nombre de hepatitis no A no B. El virus se transmite mayoritariamente a través de la sangre o productos sanguíneos. Antes de 1988 la mayoría de los contagios se producían como consecuencia de transfusiones de sangre, ya que no se podía identificar el virus.

[7] El gobierno podría haber emitido por ley una licencia obligatoria para producir un genérico o incluso generarlo, pero se abstuvo. Al inicio la empresa farmacéutica pedía 60.000€ por un tratamiento de 12 semanas cuando el coste de producción era de 115€ (Coordinadora anti-privatización de la sanidad Madrid 2017)

[8] Esta pretensión es compleja, ya que en España los servicios de salud pública se diseñan y se gestionan desde cada una de las 17 Comunidades Autónomas, y la voluntad política y el endeudamiento de cada una ellas moldea el número e intensidad de las prestaciones.

[9] Para tener información directa véase: http://www.plataformadeafectadosporhepatitisc.org/

[10] En la consulta se instalaron 1.875 mesas en 103 municipios y su organización estuvo a cargo de alrededor de 2.000 fedatario/as, 20.000 voluntarios/as y 200 colectivos. La pregunta de la consulta fue: “¿Está usted a favor de una sanidad de gestión pública, de calidad y universal, y en contra de su privatización y de las leyes que lo permiten?”. La respuesta fue un abrumador Sí, 94% del total de votos (Pastor 2013).

[11] Algunas de las demandas y luchas aparecen en el documental titulado “Cuando las gotas hacen lluvia” realizado por el colectivo Miradas. Véase en: https://vimeo.com/130934029

[12] Cabe señalar que el día 7 de junio de 2017 la PLAFHC recibió la comunicación de haber sido galardonada por el Parlamento Europeo con el “Premio Ciudadano Europeo 2017” a iniciativa de las eurodiputadas Paloma López y Ángela Vallina.

[13] El día 21 de junio de 2017 el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) acordó ampliar los tratamientos de Hepatitis C a todos los pacientes de acuerdo a la prescripción médica, véase: http://www.plataformadeafectadosporhepatitisc.org/sites/default/files/comunicado_de_la_plafhc_tras_la_reunion_del_consejo_interterritorial_del_sistema_nacional_de_salud.pdf

Salvador Martí i Puig

Profesor Titular de Ciencia Política de la Universidad de Girona y Salamanca. Ha sido profesor visitante, docente e investigador en diversos centros universitarios de Europa, Estados Unidos y América Latina. Su área de especialización es la política comparada. Ha investigado sobre procesos de democratización (y des-democratización) en América Latina, movimientos sociales y política contenciosa. Sobre esos temas ha publicado numerosos artículos en revistas académicas y libros. Entre sus últimas obras destacan la edición del Handbook on Central American Governance (Routledge), Democracy in Mexico: Attitudes and perceptions of citizens at national and local level (Palgrave) y, junto con Josep M Vallès, Ciencia Politica. Un manual (Ariel, 9ª edición).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *