La persecución y violencia ejercida en Iguala, Guerrero, contra los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, el 26 de septiembre de 2014, se hizo de dominio público esa misma noche, a través de una conferencia de prensa improvisada en la escena del crimen, la cual fue brutalmente interrumpida por ráfagas de fuego que hombres vestidos de negro dispararon con armas de alto poder.
La violencia inició con la persecución de los normalistas por la policía municipal de Iguala cuando llegaron a esa localidad para tomar algunos autobuses —a fin de conservarlos para transportarse hacia la Ciudad de México en los días siguientes y participar en la manifestación del 2 de octubre en conmemoración de la masacre de estudiantes de 1968 en Tlatelolco. Hacia las nueve de la noche, al salir de la central camionera, la policía persigue los autobuses donde iban los estudiantes y dispara sobre ellos. Unas horas después los normalistas convocan a una conferencia de prensa para hacer pública la agresión que acaban de sufrir. En lugar de que su denuncia consiga llamar la atención de las autoridades, son de nuevo atacados y perseguidos durante la noche. Resultan asesinados tres normalistas, el chófer de un autobús, un adolescente que viajaba en él con su equipo de futbol, un transeúnte, varios heridos y 43 estudiantes desaparecidos. Continuar leyendo…